Que nadie pierda la brújula, al menos no otra vez
- Francisco M. Sánchez Jáuregui
- 9 oct 2024
- 4 Min. de lectura
Estamos ante una disyuntiva histórica, o somos parte del juego maquiavélico y destructivo del poder, o somos libres y nos distanciamos de alianzas hipócritas y pluralismos que no son más que mesas de engorda de viejas vacas sagradas del sistema político.

10 de octubre de 2024.- La despenalización del aborto en Jalisco es, entre otras cosas, la consecuencia de lo que veníamos advirtiendo desde antes de la elección de 2024: si las organizaciones tradicionalmente humanistas bajan las banderas de vida y familia tarde que temprano lo perderemos todo y quedaremos expuestos al abuso del poder.
Los argumentos de algunos para apoyar a candidatas como Xóchitl Gálvez, Verónica Delgadillo o el Movimiento Ciudadano, con todo y que se conocía su activismo personal e institucional en favor de la despenalización del aborto, se fundamentaban en el temor de que MORENA consolidara el poder hegemónico. Pero, ¿qué les hace temer de MORENA? Dicen ellos que su abuso del poder, su avasallamiento de las instituciones, su talante autoritario, la situación de inseguridad, la corrupción, la ideologización de la educación, la hegemonía del socialismo, su amenaza constante a la libre empresa, la destrucción de nuestra democracia. Estas y otras razones exponían en todos los foros y en sus redes sociales con una generosidad y vehemencia que no hemos vuelto a ver.
Por poner un ejemplo, el Congreso de Jalisco, donde eso que nos espanta de MORENA lo hemos padecido, pero de la mano de aquellos a quienes algunos nos propusieron, dicen, “desinteresadamente” como alternativa. Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano han demostrado un talante autoritario solo equiparable al de López Obrador, ante la oposición, ante sus críticos, ante los medios de comunicación; él también siempre tiene otros datos. Jalisco es el primer lugar en desaparecidos, el cobro de piso y la violencia siguen incontenibles. El Poder Legislativo y el Judicial se controlan y conducen desde Casa Jalisco, a veces de la forma más burda posible. Contra la ideologización de la educación hizo lo de siempre, se envalentonó para la tribuna pero luego repartió los libros de texto ignorando la suspensión judicial. Los principales dirigentes de Movimiento Ciudadano han facilitado el avance del aborto, el wokismo y el transgenerismo con recursos públicos. La corrupción y los negocios han sido el sello de la casa. La supervivencia de la democracia en Jalisco no está tan amenazada por MORENA como por las injerencias de Movimiento Ciudadano en la autoridad electoral. Tampoco han sido sensibles a la voluntad ciudadana a la que Movimiento Ciudadano ignoró desde el Ejecutivo y el Legislativo. Y, al mismo estilo de López Obrador, Alfaro presume una buena relación con los hombres del capital, siempre y cuando estos no le lleven la contraria. En realidad, MORENA y Movimiento Ciudadano son dos caras de la misma moneda.
Entonces, si la solución que nos venden es igual o peor que la amenaza, cabe preguntarse quién y por qué se ha prestado a manipular con el miedo, la desinformación, la tergiversación de la realidad, a mucha gente de buena voluntad que confía en el compromiso de estos líderes con principios fundamentales como la dignidad humana, la justicia, la caridad y la verdad.
La historia nos enseña que cuando los líderes de organizaciones que se dicen humanistas emprenden campañas de apoyo a personajes abierta y radicalmente distintos al ideal del humanismo cristiano, terminan fracasando y luego lamentándose públicamente, cosa que a estas alturas de poco sirve. No hay forma de salir bien librado de ese pantano de contradicciones al que se han metido por voluntad propia. Es muy sencillo, cuando decides avanzar en medio del fango te embarras, pero cuando el pantano al que te metes no te ofrece salidas, y aún así estás dispuesto a entrar sin garantías solo para no quedar fuera de la fiesta, sucede que cuando comienzas a hundirte a nadie le importa. Nadie tendrá la menor consideración con tus intereses, tus causas o tus ideales, si cuando vas a ofrecer tu apoyo lo haces con un cheque en blanco. Así, por más que expongan que están tristes por esa actitud mezquina de Movimiento Ciudadano de intercambiar magistraturas por vidas de inocentes ya no les creen ni en Movimiento Ciudadano. Menos en casa.
No me sorprende que el cálculo les haya fallado nuevamente. Lo que no puede volver a pasar a los líderes de organizaciones humanistas es, primero, justificar sus erráticas acciones bajo premisas falsas como decir que apoyar a un candidato o partido abortista es algo inevitable porque la Corte ya sentenció, que no tienen algo mejor que hacer o alguien mejor a quien apoyar, que es un mal menor, etc. Segundo, si queremos transformar el sistema político debemos asumir que en la oferta actual de partidos no hay lugar para la transformación que requiere el país. No podemos seguir esperando la conversión de tal o cual político, o el empoderamiento de algún personaje afín colado por aquí o por allá en medio de progresistas para que contenga el mal. Esas fórmulas ya demostraron que son insuficientes y un retroceso que termina cobrando facturas altísimas.
Estamos ante una disyuntiva histórica, o somos parte del juego maquiavélico y destructivo del poder, o somos libres y nos distanciamos de alianzas hipócritas y pluralismos que no son más que mesas de engorda de viejas vacas sagradas del sistema político. Que en adelante, nadie pierda la brújula, no otra vez.
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