Milei en México
- Francisco M. Sánchez Jáuregui
- 13 ago 2024
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Actualizado: 13 ago 2024
En el CPAC no hay espacio para medias tintas, socialdemocracia, centrismo, militantes que se dicen de izquierda mientras dirigen al partido de la derecha, para la promoción de la ideología de género o para justificar a los que se niegan a condenar el aborto como una práctica criminal. Este encuentro es importante porque puede terminar por empujar a líderes populares a unirse en la organización de una nueva plataforma de acción política consistente con la agenda de vida, familia y libertades.

13 de agosto de 2024.- Hoy se confirmó que Javier Milei, presidente de Argentina, vendrá a México. El anuncio ya provocó reacciones en la cúpula del gobierno, el presidente López Obrador ha dicho que no se reunirá con Milei porque no coincide “con su forma de pensar y de ser” aunque dijo que Milei es libre de visitar México. Como Milei, otros líderes políticos conservadores llegarán a México para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) organizada por el cineasta Eduardo Verástegui. Otras figuras importantes como José Antonio Kast, líder del Partido Republicano de Chile, y Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, también dictarán conferencias en el evento que se realizará a finales del mes de agosto en la Ciudad de México.
El CPAC México no es una evento político más, en ella se reunirán los líderes más relevantes de la derecha en Iberoamérica y del movimeinto conservador de los Estados Unidos para hacer patente en México la posibilidad de una alternativa política más consistente con los valores conservadores. En su segunda edición, el evento podría propiciar el surgimiento de un movimiento político que, aprendiendo de las experiencias en otros países como Argentina, Chile o Brasil, inicie el camino hacia la construcción de una alternativa. En el CPAC No hay espacio para medias tintas, socialdemocracia, centrismo, militantes que se dicen de izquierda mientras dirigen al partido de la derecha, para la promoción de la ideología de género o para justificar a los que se niegan a condenar el aborto como una práctica criminal. Este encuentro es importante porque puede terminar por empujar a líderes populares a unirse en la organización de una nueva plataforma de acción política consistente con la agenda de vida, familia y libertades.
Como de costumbre, algunos medios de comunicación y opinólogos han querido quitarle importancia a la reunión y describirla como una cumbre de la ultraderecha, un evento de fundamentalistas religiosos. Con ellos, algunos líderes de la oposición, más discretamente, despotrican contra la cumbre, pero, la realidad es que se equivocan. En México, las convocatorias internacionales de la oposición huelen a pasado, están llenas de ex presidentes de aquí y de allá que insisten en prevalecer con modelos agotados y desgastados y que son, en buena medida, responsables del crecimiento del populismo en Chile, Colombia, Perú, Bolivia y el propio México. En cambio, la convocatoria del CPAC reúne líderes que prometen mucho y tienen futuro en la política en sus países: Kast está consolidando la alternativa al gobierno de Boric, Milei todavía tiene mucho por construir para Argentina, el trumpismo tiene confianza de ganar la carrera presidencial en EUA, por decir algunos ejemplos.
En el CPAC No hay espacio para medias tintas, socialdemocracia, centrismo, militantes que se dicen de izquierda mientras dirigen al partido de la derecha, para la promoción de la ideología de género o para justificar a los que se niegan a condenar el aborto como una práctica criminal. Este encuentro es importante porque puede terminar por empujar a líderes populares a unirse en la organización de una nueva plataforma de acción política consistente con la agenda de vida, familia y libertades.
Nadie niega que hay puntos cuestionables en la política de Milei o de Trump, pero no se puede dejar de reconocer que han sido disruptivos y eficaces para derrotar la hegemonía de la izquierda, algo que la oposición mexicana parece tener miedo de hacer, quizá porque en la caída de la izquierda caerían ellos mismos.
Que Milei visite México es una buena noticia, mejor es la visita de José Antonio Kast que ha levantado un partido genuinamente conservador, desafiando todos los pronósticos y con un modelo probado que bien haríamos en observar con mayor interés. Si los conservadores mexicanos se desprenden de sus complejos de inferioridad frente a la izquierda y asumen una agenda popular, con un enfoque en los temas que mejoran significativamente la calidad de vida de las personas y comunidades como: el fortalecimiento de la familia, el impulso de empleos mejor pagados, la certeza jurídica para facilitar la inversión, la organización de los cuerpos intermedios que ayuden a sanar el tejido social, la seguridad en las calles y carreteras, el cumplimiento de la ley y el combate a la corrupción, la movilidad urbana y todo aquello que mejore la atención de la salud pública y potencie la educación de nuestros niños y jóvenes, estaríamos en la antesala de una nueva etapa de la política mexicana que salga de la simulación en la que el sistema político mexicano mantiene el control hegemónico de las instituciones del Estado y los mecanismos de participación política. Entonces sí, habría políticos mexicanos de los que López Obrador pueda decir que no coincide con su forma de pensar y de ser, hoy son difíciles de aquilatar.
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