top of page

El pueblo quiere reformas

  • Foto del escritor: Francisco M. Sánchez Jáuregui
    Francisco M. Sánchez Jáuregui
  • 2 sept 2024
  • 3 Min. de lectura

Mientras los referentes de la oposición sigan siendo Xóchitl Gálvez, Alito, Pedro Ferriz, Marco Cortés, Javier Lozano, Beatriz Pagés, el magnate Claudio X., Acosta Naranjo y toda la corte de impresentables; mientras los líderes de la sociedad civil auspiciados por las élites empresariales sigan hablando de rebeliones y defendiendo la democracia por la democracia, al tiempo que reniegan del sentido de las elecciones de las mayorías, se irán quedando solos y empujarán a más mexicanos a la convicción de que en la oposición solo están preocupados por mantener sus privilegios.

Opinión | Libres

03 de septiembre de 2024.- La oposición sigue dando palos de ciego frente a un gobierno que está a unos días de finalizar. El ambiente festivo con el que el Presidente Andres Manuel López Obrador ha decidido cerrar su sexenio es un síntoma de la conexión que ha logrado con una amplia mayoría del pueblo de México que ve, a pesar de los pésimos resultados en seguridad, salud, educación y la impúdica corrupción del gobierno federal, un proyecto de transformación de México. Si el Presidente y MORENA son los únicos capaces de comunicar a las mayorías un proyecto de transformación, entonces, las mayorías les darán poder para implementarlo.


Demotecnia acaba de hacer públicos los resultados de su encuesta sobre el cierre de la gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador. En la encuesta, 7 de cada 10 mexicanos aprueban el trabajo que hizo López Obrador en el ejecutivo federal, una cifra impresionante tomando en cuenta los pésimos resultados del gobierno en áreas tan sensibles como la seguridad o la gestión de la salud, pero, lo peor es que estos datos confirman la desconexión entre las élites de la oposición y la mayor parte de la población.


El error más grave de la oposición consiste en que toda la narrativa de transformación se la han dejado exclusivamente al Presidente López Obrador. Por ejemplo, en el debate por la reforma judicial la oposición se instaló en el discurso de la resistencia, de la negación al cambio. Aunque los opositores tengan razón en dudar de la elección popular de jueces, su manera de comunicar pareciera despreciar las decisiones de la base popular y, esta, agraviada por un Poder Judicial que ha estado históricamente del lado del poder económico, responderá a esa posición de superioridad, apoyando decididamente a todo político que prometa renovar la forma de impartir justicia en México, es decir, a MORENA.

Si el Presidente y MORENA son los únicos capaces de comunicar a las mayorías un proyecto de transformación, entonces, las mayorías les darán poder para implementarlo.

Peor aún, cuando se organizan protestas como la del domingo pasado, convocada por estudiantes universitarios, aparecen los adefesios de la oposición intentando capitalizar políticamente una causa ciudadana. Esta falta de prudencia, solo sirve para confirmar la narrativa del Presidente de que los más aterrorizados con el cambio son los políticos de la mafia del poder y que esas manifestaciones están manipuladas por intereses de privilegiados. La oposición parece empeñada en hacer fracasar todo intento legítimo de denunciar los abusos y desaciertos de López Obrador.


Es hora de que en la oposición se den cuenta de que el Presidente no está solo, que una amplia mayoría de mexicanos ve con buenos ojos el único proyecto que propone una transformación profunda del país. Mientras los referentes de la oposición sigan siendo Xóchitl Gálvez, Alito, Pedro Ferriz, Marco Cortés, Javier Lozano, Beatriz Pagés, el magnate Claudio X., Acosta Naranjo y toda la corte de impresentables; mientras los líderes de la sociedad civil auspiciados por las élites empresariales sigan hablando de rebeliones y defendiendo la democracia por la democracia, al tiempo que reniegan del sentido de las elecciones de las mayorías, se irán quedando solos y empujarán a más mexicanos a la convicción de que en la oposición solo están preocupados por mantener sus privilegios.


Ya es tiempo de que en la oposición dejen atrás la actitud de trinchera y propongan una renovación de México, un proyecto alternativo al de la 4T. El pueblo quiere reformas, si queremos recobrar la conexión con las mayorías entonces hablemos de reformas, caminemos del lado de la gente, impulsemos el cambio profundo que urgen las instituciones públicas, hablemos de un nuevo país, más justo, más solidario, más seguro, más humano, más libre.

Commentaires


bottom of page